“Actuar es lo único que sé hacer”: gloria, desaparición y regreso de Michael Fassbender, el germano-irlandés que no quería ser famoso
Los medios de todo el mundo lo saludaron en la década pasada como un fenómeno de la pantalla, pero una serie de malas decisiones artísticas lo retiraron durante un tiempo de la pantalla. La serie ‘The Agency’ y la película ‘Black Bag’ podrían darle una segunda oportunidad

Si los mayas hubiesen acertado con sus predicciones y el mundo se hubiese acabado en 2012, la última gran estrella de Hollywood habría sido Michael Fassbender (Heidelberg, 47 años). En 2011 era el actor más deseado y el más ubicuo. Acaparó portadas, reventó las taquillas y conquistó a la crítica con una inteligente combinación de títulos independientes y franquicias. La industria no recordaba un fenómeno así: no solo era un actor exquisito, también resultaba elegante y atractivo de una manera despreocupada. “El nuevo Brando” le llamaron. “Un Errol Flynn moderno”, dijo de él David Cronenberg. El director Steve McQueen fue más allá: “Es revolucionario. Posee una vulnerabilidad y una sensualidad muy poderosas. Posee una feminidad extraordinaria sin dejar de ser un hombre de verdad. Hay actores y hay artistas, y Michael es un artista”. Los elogios no se agotaban para definirle.