Amaneció y la diplomacia seguía ahí, herida, pero viva
Detrás de líderes calenturientos como Petro y Trump, tiene que haber ciudadanos responsables que hagan control de daños después de los trinos y peleas
A pesar de todo, a pesar de Gustavo Petro, a pesar de Donald Trump, la diplomacia todavía respira y logró resolver un lío mayúsculo en la relación entre Colombia y Estados Unidos. Una cadena de errores con un acierto final que permite dejar abierta una pequeña ventana de esperanza: no todo está perdido mientras queden caminos para encontrar salidas negociadas. Sin embargo, las consecuencias de una crisis de horas las vamos a sentir a lo largo de meses o años porque la mostrada de dientes evidencia cómo peligran los países en tiempos de liderazgos extremos.