Ancelotti: “Es inexplicable la decisión del árbitro y del VAR”
El técnico del Madrid lamenta la lesión de Rüdiger y que no se expulsara a Carlos Romero, el goleador blanquiazul, por una entrada previa sobre Mbappé

“¡Espanyol alé, Espanyol alé!”, vociferaron con ganas los más de 1.000 aficionados que aguardaron la llegada del autocar blanquiazul al RCDE Stadium, al tiempo que tiñeron de naranja el cielo con un mar de bengalas y abrazaron a sus jugadores con una gran pancarta que rezaba: Mágico RCDE. Los futbolistas, contagiados por el estruendo y el aliento, respondieron bailando y repicando los cristales del autocar, entonando también la pegadiza canción. Había ganas de un gran partido —como evidenciaron los fuegos artificiales que se tiraron en los aledaños antes del duelo— y, sobre todo, de un resultado que reanimara al equipo, atornillado en el fango desde los primeros pasos de la competición. Y bien que se le dio porque armó una contra de arrea en los compases finales con los laterales como protagonistas, con El Hilali poniendo el centro y Carlos Romero la definición, que supuso la peor bofetada para el Madrid. Aunque Romero fue protagonista por partida doble, al menos para el técnico blanco.