Así es el nuevo laberinto vegetal de Málaga: 7.400 metros cuadrados e inspirado en la Alhambra
Diseñado por Adrian Fisher, Laberintus Park abre este sábado en Humilladero con un recorrido de más de dos kilómetros de caminos entre cipreses de casi dos metros de altura
Entrar es fácil, salir, no tanto. Encontrar el camino correcto es el reto que plantea Laberintus Park, que presume de ser el mayor laberinto natural de España. Abre este sábado 22 de febrero en la localidad malagueña de Humilladero (3.282 habitantes), en pleno corazón de Andalucía. Cuenta con más de 7.400 metros cuadrados de superficie, y 2,6 kilómetros de caminos enredan entre cipreses de casi dos metros de altura y dibujan una estrella inspirada en la Alhambra. Encontrar la salida tiene premio: permite el acceso a un pequeño edificio hexagonal con un mirador con vistas al entorno natural, que también esconde una sorpresa en su interior, pero los responsables del proyecto prefieren no desvelarla. “Hay que venir para conocerla”, propone Rafael Mesa, promotor del proyecto que, además de negocio, tiene como objetivo la sensibilización ambiental. Y que se suma a otras instalaciones similares en territorio nacional como las de Villapresente (Cantabria), Tentegorra (Región de Murcia) y, desde hace un año, el Laberinto de Los Pirineos, en el Valle de Tena.
Naturaleza, barbacoa y flamencos para completar la jornada
A escasos 500 metros de Laberintus Park se encuentra el área recreativa de Santillán, a las afueras de Mollina, un espacio arbolado que cuenta con mesas, barbacoas y servicios públicos que permiten completar una jornada campestre tras disfrutar de la experiencia. Desde allí parte un sencillo sendero prácticamente llano hacia la sierra de la Camorra, de poco más de cinco kilómetros (y otros tantos para la vuelta). Muy cerca también del laberinto, a apenas 10 minutos en coche, se ubica la reserva natural de la laguna salada de Fuente de Piedra, que cuenta con un centro de interpretación y distintas opciones para recorrer un entorno plagado de aves. Entre ellas destaca el flamenco rosado, con miles de parejas que llegan aquí cada primavera para anidar.