Así se acumulan los microplásticos en el cuerpo: más en el cerebro y menos en el hígado
Un estudio ha detectado hasta 30 veces más de estos elementos en las muestras cerebrales que en las de otros órganos como hígado o riñones

Cuanto más plástico producimos, más encontramos en nuestro interior. Hace años empezamos a ingerir microplásticos y nanoplásticos escondidos en nuestra comida. Estos pasaron a nuestro sistema digestivo, y de ahí fueron al torrente sanguíneo que los acabó repartiendo por nuestras entrañas. Un estudio los encontró en nuestros pulmones, después en nuestros intestinos. Otro alertaba de su presencia en las placentas, en la leche materna, en los testículos… Parece que no haya un solo rincón de nuestro cuerpo ajeno a esta invasión. La sangre lo reparte, pero como sucede con las mareas, hay orillas donde se acumulan más residuos que en otras. Y hay una que destaca entre todas por su gran acumulación de microplásticos: nuestro cerebro.