Buenos ejemplos europeos
Los lectores escriben sobre las gestiones de Macron para unificar la posición europea sobre Ucrania, las incongruencias del líder de Vox, las oposiciones docentes, y la subida del alquiler

Cada vez se observa con mayor nitidez la gran diferencia que existe en el desempeño de las funciones y actividades de nuestros líderes europeos si abordan los asuntos domésticos o los internacionales. El ejemplo más palmario es el de Macron. Pelea a diario con problemas para su Ejecutivo y está constantemente abrumado por sus dificultades en la Asamblea Nacional. Sin embargo, conserva un excelente músculo político en su proyección internacional, encabezando ideas, propuestas e iniciativas encomiables. Casi lo mismo podría decirse del canciller alemán Olaf Scholz, y del primer ministro británico Keir Starmer. Tampoco es ajeno a esto nuestro presidente. Todo ello nos lleva a una reflexión que se ajusta como un guante a las circunstancias actuales. La necesidad de trabajar y acercarnos cada día más a una defensa común, también de la deuda pública de los países europeos, tal y como defiende Mario Draghi. El encaje entre lo doméstico y lo supranacional sería útil para Europa.