Bukele, Trump y la democracia sin respuestas
Cuando las democracias adoptan los métodos de lo que combaten, pierden su legitimidad y razón de ser

El video bien podría ser una escena de una película de guerra. Es de noche, aterriza un avión de carga de inconfundible gris militar; militares en uniforme de combate desplegándose ordenadamente por la pista de aterrizaje, rodeándolo. Drones filman la escena en alta definición. La música —aunque deberíamos referirnos a la banda sonora— bien podría acompañar una película de acción. Contra una primera impresión, no se trata de escenas ficticias. Son, en cambio, uniformados salvadoreños que bajan por la puerta trasera de un gigantesco avión con presos provenientes de Estados Unidos. Representando con detalle su estatus criminal, estos son llevados a un primer recinto donde son rapados —uno de los fetiches bukelistas respecto a los encarcelados— para luego ser trasladados al CECOT, la cárcel de máxima seguridad y orgullo de Nayib Bukele.