Carmen Lomana, memorias de una ‘socialité’: “Ser pijo es fantástico”
La colaboradora de televisión y radio publica ‘Pasión por la vida’, un libro en el que narra su metamorfosis de rica burguesa en el anonimato a personaje mediático y símbolo de toda una clase social. “Yo soy frívola, pero no soy superficial”, aclara
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Carmen Lomana (León, 76 años) vive en un piso de medio millar de metros cuadrados en la calle Fortuny, en el madrileño barrio de Chamberí. Pero prefiere que la entrevista se desarrolle en el hotel Santo Mauro, a pocas calles de su apartamento. “Esta es mi segunda casa”, dice, sentándose bien erguida en un mullido sofá. Lomana, definida por la prensa del corazón como socialité ―término que lo dice todo y no significa nada―, suele celebrar sus fiestas y reuniones en este hotel. También vivió aquí durante cuatro meses cuando una de sus vecinas, una millonaria coleccionista cubana de fama internacional, le inundó su casa. “Entré al hotel llorando, con mis chaneles flotando en el vestidor, y salí llorando porque no me quería ir”, reconoce, mientras se atusa su melena, rubia y perfecta. “La ropa nos desnuda”, asegura. Lleva un vestido blanco tipo Chanel con detalles de tweed ―“no es de marca, está hecho a medida para mí”―, un abrigo de piel ―“martas cibelinas, divinas”― y un bolso de Prada.