Castuera concentra el dolor y el miedo por el asesinato de la educadora Belén Cortés
Decenas de vecinos del municipio pacense y otros puntos de Extremadura despiden a la trabajadora social brutalmente asesinada presuntamente por dos menores a los que cuidaba en un piso de medidas judiciales de Badajoz
Cuando daban las 8.45 de este lunes las campanas doblaban por ella. Pero casi nadie, en el municipio pacense de Castuera (a 100 kilómetros de Badajoz), se podía imaginar esa mañana que se trataba de Belén Cortés. La chica “alta y fuerte”, de 35 años, que había empezado dando clases particulares a los chavales del pueblo y que luego siguió ganándose la vida como buenamente podía cuando no había trabajo de lo suyo, por ejemplo, desempeñándose como camarera en el bar de la piscina. Hace al menos dos años que se dedicaba por fin a lo que siempre había querido, educar a los jóvenes. Tres de ellos, de 14, 15 y 17 años, han sido detenidos y acusados de haberla asesinado este domingo, de manera brutal. Cuando los agentes acudieron al piso tutelado para infractores donde Cortés estaba haciendo el turno de noche, encontraron su cuerpo golpeado, había sido asfixiada con un cinturón. Este martes este municipio no acostumbrado a abrir los informativos enterraba a Belén y a las puertas de la parroquia se congregaba el dolor y el miedo de un pueblo ante un crimen “inexplicable”.