Cipriani fue cardenal muy joven, doctor honoris causa, amigo del Papa. Y un depredador sexual
El ultraconservador exarzobispo de Lima miembro del Opus Dei fue apartado y exiliado de Perú por una denuncia por pederastia que llegó hasta el Vaticano
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Fue proclamado cardenal por Juan Pablo II con apenas 57 años; ha sido distinguido por el Estado con los reconocimientos más altos que pueden otorgarse: Orden El Sol y Medalla de Honor en el Grado de Gran Cruz; y según algunos medios estuvo cerca de ser el primer papa latinoamericano en el cónclave de 2005. Seis universidades le concedieron el Doctorado honoris causa; condujo un programa radial y televisivo durante dieciocho años; y gozó de un poder influyente en las decisiones políticas del Perú, un país mayoritariamente católico. A pesar de contar con estas condecoraciones, Juan Luis Cipriani siempre dividió aguas por su talante beligerante y ultraconservador. Pero hoy, tras la primicia develada por EL PAÍS, su memoria se encamina a ser la de uno de esos hombres de iglesia que dañó al prójimo e intentó esconder sus pecados debajo de su sotana.