Cómo lidiar y poner límites a unos suegros narcisistas
La complejidad de enfrentarse a una familia política que no acepta a la persona es que esta se expone a las críticas, a la falta de empatía o a la competencia por el afecto. Lo mejor para gestionar estas situaciones es no quedarse impasible y, si es necesario, tomar distancia
Las dinámicas familiares pueden tornarse complicadas al combinarse enfoques y recorridos de vida distintos. Sin embargo, lidiar con un miembro de la familia cercano como un suegro o suegra narcisista introduce una nueva dimensión de complejidad, y puede resultar agotador y desgastante si no se encara de la forma correcta. “Tener unos buenos suegros reporta mucha tranquilidad, pero nos podemos encontrar con personas que enturbien por completo la familia que hemos formado con su hijo o hija”, asegura Carolina Lozano Fernández, psicóloga experta en terapia familiar. Según explica, esto es debido a que muchas madres y padres narcisistas han sobreprotegido a sus hijos, creándose una dependencia hacia ellos. “En ocasiones, los suegros no facilitaron a sus hijos las habilidades y destrezas necesarias para lograr la autonomía correspondiente que han de tener como niños, adolescentes y como adultos, y lo que sí que les ha generado es una dependencia emocional muy grande e inquebrantable”, añade Lozano.