‘Cónclave’ (la película) se puede parecer al próximo cónclave (real)
El filme está bien documentado y todo lo que ocurre es plausible, salvo algunos giros, pero sobre todo retrata con acierto los dilemas que atraviesa la Iglesia católica ahora mismo
Un cónclave es un acontecimiento muy de película, con el inconveniente de que nunca nadie ha estado ahí dentro para verlo, salvo los cardenales de la Iglesia católica, que tienen que guardar el secreto de lo que allí pasa. Por eso, aunque luego muchas cosas se acaban sabiendo, hay que inventárselo todo. Cónclave, la película de Edward Berger que con ocho candidaturas es una de las favoritas este domingo en la ceremonia de los Oscar, se lo inventa bien. Está muy documentada, es muy precisa en los detalles y, sobre todo, lo que cuenta, salvo algunos giros, es plausible. Es más, retrata con bastante acierto lo que está pasando en la Iglesia ahora mismo, los dilemas que afronta y puede estar contando cómo será más o menos el próximo cónclave, llegue cuando llegue, algo que la salud del Papa ha puesto muy de actualidad. Robert Harris, en cuyo libro está basada la película (como ocurrió con El escritor o El oficial y el espía, ambas dirigidas por Roman Polanski), siempre trabaja con rigor.