Cuando la lucha es entre generaciones, pero también entre clases
La precariedad laboral y las dificultades de acceso a la vivienda lastran las oportunidades de los jóvenes, al tiempo que los mayores consolidan su riqueza

España envejece. Y, si nadie lo remedia, en esta ocasión, y al contrario que en la película protagonizada por Javier Bardem, sí podría terminar siendo un país para viejos. Aunque no sea una opinión muy popular, empieza a abrirse camino la idea de que la fatídica combinación de bajos salarios y elevados precios; el prohibitivo coste de la vivienda; la baja inversión en formación o la escasez de ayudas públicas a la familia golpean con mucha más intensidad a los más jóvenes que al resto de la población, sobre todo, más que a quienes ya se han jubilado o están a punto de hacerlo. La hegemonía numérica de las generaciones de más edad, se está trasladando silenciosa pero imparablemente al diseño de las políticas públicas. Todo esto está ampliando la brecha generacional de renta y oportunidades en perjuicio los jóvenes y beneficio de los mayores.