Cuarta Pared: la otra Movida madrileña estaba en el teatro
Pionera de la renovación de la escena española en los ochenta, la emblemática sala alternativa celebra cuatro décadas de trayectoria con el estreno de ‘Tríptico de la vida’

La cuarta pared es un término acuñado por Diderot e íntimamente ligado al teatro, un muro imaginario que separa la ficción de la realidad, que delimita el espacio/tiempo de la acción que se desarrolla en el escenario frente al público y que, metafóricamente, se rompe cuando un personaje interactúa con los espectadores. En 1985, un grupo de jóvenes abrió un local en la calle Olivar de Madrid destinado a hacer un teatro distinto al habitual entonces. Lo llamaron Sala Cuarta Pared. Era apenas una habitación con 20 sillas donde unos pocos intérpretes actuaban a un metro escaso del público, influidos por los nuevos vientos (en dramaturgia, dirección e interpretación) que traían los teatreros argentinos exiliados, uno de ellos, Ángel Ruggiero, vinculado estrechamente al nacimiento del espacio.