Desmontando el mito de la maternidad como destino a través de la literatura
No querer tener hijos es algo que todavía no entiende mucha gente debido al planteamiento sobre la descendencia que se inculca desde la infancia. Varias escritoras han dado voz a una situación que cada vez es más común entre las mujeres

“Se te va a pasar el arroz”, “Te vas a arrepentir” o “Te vas a perder lo mejor de la vida” son algunas de las frases que como una flecha perdida atraviesan en algún momento a las mujeres que deciden no tener hijos. Si bien se ha producido un aumento significativo de los tratamientos de reproducción asistida y de mujeres que optan por ser madres solas, muchas otras deciden no serlo. Pero esa es una opción que aún es sometida a un escrutinio social y familiar que no siempre es fácil transitar.
Cuando no hay elección
Para Míriam Aguilar, autora de ¿Y ahora qué? (Koan, 2024), en el que narra la no maternidad por circunstancias (físicas, psicológicas, materiales…), el deseo de ser madre estuvo presente durante años. Lo intentó, pero tuvo cuatro pérdidas gestacionales y aunque intentó varios tratamientos de reproducción asistida a lo largo de ocho años, finalmente no se quedó embarazada. Para entonces cuenta que ya estaba elaborando su duelo y cuando llegó el momento de dejar de intentarlo sintió alivio. “Cuando quieres ser madre y no puedes, puede ser muy doloroso ver a otras mujeres embarazadas y en muchos casos te acabas aislando”. Sobre esto, Aguilar cree que cuando la decisión de no tener hijos se toma por iniciativa personal puede ser más o menos “molesto” estar en círculos donde las personas son madres y padres, pero no es doloroso. “Se sostiene de otra forma”, apunta. Eso sí, lamenta que a todas se las juzgue por igual: “A las mujeres sin hijos, ya sea por circunstancias o por elección, nos juzgan por no tenerlos. A todas”.