Donald Trump es una amenaza para su salud
Las primeras decisiones de la nueva Administración estadounidense ponen en riesgo el derecho a la atención sanitaria dentro y fuera de su país. Además de lamentarse, Europa debe prepararse y apostar por un modelo alternativo que apuntale los fundamentos políticos, económicos y científicos de la salud global

De las tres decenas de órdenes ejecutivas con las que el elefante Trump ha irrumpido en la cacharrería de la Administración estadounidense, las que tocan a la salud nacional y global son las que pueden tener efectos de mayor alcance. Una serie de órdenes afectarán directamente a millones de ciudadanos estadounidenses en situación precaria, obstaculizando su acceso a los servicios de salud. Otras nos afectarán a todos. La primera es la que retira a los Estados Unidos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y de sus mecanismos de financiación. La segunda, menos publicitada pero de consecuencias igualmente dramáticas, establece una moratoria en cualquier transferencia o actividad de las agencias nacionales de ayuda al desarrollo.