Dónde queda el perdón

En Estados Unidos la cultura es puritana: condena al ostracismo y no da segundas oportunidades

Feb 9, 2025 - 04:00
Dónde queda el perdón

A raíz de la película Heretic Hugh Grant se ha visto sometido a redundantes entrevistas sobre la religión. Es el signo de los tiempos: las películas ya no responden a argumentos sino a temas, al igual que las novelas, y los actores han de llevarse la lección aprendida. Te puede caer muerte, maternidad, trauma, te puede caer período histórico, te puede caer terrorismo, vivienda o sexo en la senectud, y durante ese agotador tiempo que se dedica a la promoción habrás de hacer como que te has convertido en experta en el tema, dejando al personaje interpretado como mero médium de un asunto candente. Hay ocasiones felices en las que un actor convierte el dichoso tema en algo personal y declara cosas interesantes. El tema que le tocó a Hugh Grant era Dios, siempre un hueso, pero el cómico respondió con reflexiones agudas que parecían suyas, no prestadas. Dijo Grant, por ejemplo: “No soy creyente y mi posición sobre el papel de la religión ha ido cambiando. Con el paso de los años he notado que los países católicos que visito parecen tener una mejor experiencia humana de la vida que los países protestantes”. Sabe de lo que habla y se atreve a decirlo. Y es que pesar del melodramatismo de los oficios católicos, cargados de sangre, lágrimas y santas mutiladas, hay en esas representaciones un arte que permite al individuo sentirse espectador de su propia fe, respirar más allá de ella, como ese público fiel que disfruta del Misteri de Elche. El protestantismo puritano, en cambio, conforma al creyente desde dentro y lo vuelve implacable a la hora de juzgar y refractario al perdón.

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