El chavismo blinda la toma de posesión de Nicolás Maduro
El oficialismo venezolano advierte que quien intente una insurrección o una invasión “lo va a pagar muy caro”
El chavismo ha aprendido a vivir en estado de combustión, sobre todo después de las elecciones presidenciales del pasado julio. Nicolás Maduro, disgustado por la información errónea que recibió en la campaña ―la victoria estaba “asegurada” por la movilización de los fieles, los empleados públicos y sus familias―, mantiene en máxima tensión al Gobierno y no quiere dejar nada al azar. Sobre todo en lo relativo al 10 de enero, el día que da por seguro que se investirá como presidente por otros cuatro años, a pesar de las sospechas fundadas de que cometió un fraude electoral. Maduro y su entorno analizan todos los escenarios posibles: una insurrección militar, una invasión y hasta la entrada en Venezuela por alguna de sus fronteras de Edmundo González Urrutia, ganador de las presidenciales según las actas electorales recogidas por la oposición y que el régimen se ha negado a mostrar.