El clásico fue otro festival del Barça
Los azulgrana dominaron de forma abrumadora a un Madrid irreconocible incluso con el gol de Mbappé
La Supercopa de Olmo brillará como ninguna en las vitrinas del Camp Nou. No hay club en el mundo que conceda mayor valor simbólico a los trofeos que el Barcelona, y el último disputado en Yeda tenía una carga emotiva especial por el contencioso abierto con la licencia del internacional español y porque el rival era el Madrid de Mbappé. No fue precisamente el día de las figuras blancas sino la jornada del equipo de Flick, una garantía en cada final: ganó las cinco que disputó con el Bayern y la primera con el Barça. El técnico se aplicó en preparar el partido ante un rival demasiado confiado, cegado por las ansias de revancha después del 0-4 en la Liga, humillado futbolísticamente de principio a fin, inferior incluso con superioridad numérica por la expulsión de Szcesny.