El diseñador Oscar Mariné: “Me gusta el vino español, pero también pasar rápido a un borgoña”
El artista tiene hambre de emoción y sensaciones hasta su último banquete. Rememorando una canción de Jacques Brel quiere aves deliciosas, borgoñas y champanes, y de invitados, desde Séneca a Flaubert
Se resistió a darnos la dirección de su estudio. La mañana de la entrevista nos compartió un punto en el mapa: ahí nos esperaría. El GPS mostraba una breve hilera de naves industriales que no había conseguido cuajar en un polígono, parecían más bien cuatro pecios encallados en la orilla de una carretera comarcal que se pierde entre montañas. Oscar Mariné (Madrid, 73 años) nos pide amablemente que no revelemos el paradero de su estudio, y que tampoco publiquemos fotos que den una idea de las dimensiones y contenidos de este lugar, que más que un espacio de trabajo es el continente que alberga un universo personal de enorme densidad.
EL PLATO
Disperso pero mágico
▪ Sorpresa, a ser posible japonesa, pero nada de fusión, estilos puros.
▪ Vino tinto: borgoñas y côtes-du-rhône.
▪ Champán: de las mejores pequeñas bodegas.