El envío de tropas de paz a Ucrania divide a las grandes potencias europeas
Los principales líderes de una Europa debilitada por la sacudida de Estados Unidos buscan una estrategia común para hacer frente al plan de Trump, que prevé negociar directamente con Rusia
Los líderes de las grandes potencias europeas han debatido este lunes, en una reunión de urgencia convocada en París por el presidente francés, Emmanuel Macron, sobre el suministro de armas a Kiev, el posible despliegue de tropas europeas como garantes de la seguridad en la postguerra dentro de una llamada coalición de países voluntarios y la puesta en marcha de un plan de paz para Ucrania. En un momento clave para Europa, que queda debilitada por la sacudida desatada por el presidente estadounidense, Donald Trump, al anunciar conversaciones directas con Rusia para tratar de poner fin a la guerra en Ucrania en las que excluye a la UE, los dirigentes luchan por coordinar una estrategia europea. Pero el envío de tropas de paz —enviar soldados al terreno en Ucrania— no ha suscitado gran consenso en la reunión y supondrá toda una prueba para la unidad de los afines a Kiev. Por ahora, solo Francia y el Reino Unido se han mostrado dispuestos, mientras que Alemania, Polonia o España creen que es prematuro ponerlo sobre la mesa o son más partidarios de contribuir con otras cuestiones logísticas. Además, sin el apadrinamiento de Estados Unidos o algún respaldo del sistema de mando de la OTAN las reticencias a formar esa coalición son grandes. Europa todavía no ha digerido que Washington está cada vez más lejos y tiene esperanzas de que reconduzca su postura.
Debate sobre la financiación de la defensa europea
En paralelo a la reunión de París, en Bruselas los ministros de Economía y Finanzas del Eurogrupo empezaron a abordar el debate sobre la financiación de la defensa europea que se ha agudizado por las presiones de Washington para aumentar significativamente el presupuesto de la UE en la materia.
Pese al consenso unánime en que el momento para hacerlo es ahora, el cómo sigue siendo una discusión con visiones por el momento encontradas, incuso sobre la propuesta de la Comisión de proponer una cláusula de escape en el Pacto de Estabilidad para “inversiones en defensa” que, como confirmó Ursula von der Leyen en la Conferencia de Seguridad de Múnich, “permitirá a los Estados miembros aumentar significativamente su gasto en defensa”. Dicha cláusula, usada ya durante la crisis de la pandemia de covid, permite flexibilizar las reglas fiscales que obligan a los Veintisiete a mantener el déficit presupuestario por debajo del 3% del PIB. El comisario de Economía, Valdis Dombrovskis, ha asegurado este lunes que la Comisión está ya trabajando en una propuesta sobre las “modalidades de la flexibilidad” y sobre el margen del que dispondrán los Estados miembros para hacer uso de ella que debería llegar “en las próximas semanas”.
El ministro español de Economía, Comercio y Empresa, Carlos Cuerpo, ha considerado que “hay espacio para que la UE aumente su endeudamiento” en vista de los retos actuales, especialmente en materia de defensa. Pero la iniciativa comunitaria no convence a todos. A falta de ver la letra pequeña de la propuesta, el ministro de Finanzas neerlandés, Eelco Heinen, ha dejado claro que para su país, uno de los halcones fiscales de Europa —“el dinero no es gratis”, ha subrayado Heinen— la solución pasa más por hacer esfuerzos nacionales en el presupuesto nacional, aunque duelan. También Alemania se ha dicho “escéptica”, si bien podría “discutir” la posibilidad, avanzada por el canciller Olaf Scholz, de permitir una excepción en el Pacto de Estabilidad de la UE para todas las inversiones en equipos de defensa que superen el objetivo actual de la OTAN del 2%, ha dicho su responsable de Finanzas, Jörg Kukies.