El fascismo de nueva generación que viene de Estados Unidos
Asistimos a una lucha descarnada por ampliar el poder, puro capitalismo ultraneoliberal, pero sin sangre a la vista: con litio, con tierras raras, con clics y bytes

Habrá que ir aprendiendo a manejarse en los nuevos tiempos porque las cosas han dado un vuelco esencial. Desde el 20 de enero es ya explícito y público, más allá de la cadena diaria de producción de órdenes ejecutivas de Donald Trump. Las viejas naciones europeas están poniendo en riesgo gravemente un fundamento del Estado de derecho como es la libertad de expresión, según lo ve el vicepresidente de Estados Unidos, J.D. Vance. Bajo la protección de esa libertad jurídicamente regulada, Vance incluye lo que las empresas privadas quieran, sin que vea razón para vetar la intoxicación neofascista, racista, xenófoba, supremacista y misógina y asumiendo que eluda los límites, la regulación, los controles que rigen fuera del mundo digital.