El ingreso de Eça de Queiroz en el Panteón Nacional de Portugal pone fin a una batalla judicial por la sepultura de sus restos
El escritor luso, que dejó uno de los grandes legados literarios del XIX, nació “de madre desconocida” en 1845 y acabó ”en el lugar de los inmortales”
La vida del escritor portugués Eça de Queiroz comenzó en la clandestinidad en Póvoa do Varzim en 1845, nacido de “madre desconocida”, y, de alguna manera, acabó este miércoles en el Panteón Nacional, en Lisboa, rodeado de otros grandes de la historia de Portugal. Aunque su existencia biológica concluyó en 1900, sus restos han peregrinado por varias ubicaciones hasta llegar a la iglesia de Santa Engracia, donde las principales autoridades del Estado le han rendido un homenaje que puede considerarse un punto final. El autor de Os Maias llegó adonde tenía que llegar, “el lugar de los inmortales”, en palabras del presidente de la República, Marcelo Rebelo de Sousa.