El irracional sistema para ser juez
La preparación inicial para ingresar en la judicatura y en la Fiscalía presenta en España serias deficiencias de base


Si para entender en qué consiste la jurisdicción bastase saberse los preceptos legales que la rigen —escribe Glauco Giostra parafraseando a G. B. Shaw— “ser estúpidos no sería necesario, pero ayudaría mucho”. Con tal punzante observación, el jurista italiano hace crítica referencia a una actitud de método con un antecedente autorizado en el Bonaparte del “mon Code est perdu”. Una exclamación pronunciada al saber que su famosísimo texto legal sería interpretado. Pero el dicho del emperador no era una ocurrencia: condensaba sentenciosamente un modo de entender el derecho —el propio del primer positivismo— como una suerte de ideal normativo autosuficiente, dotado de inequívoca plenitud de sentido ya solo en la expresión literal y, por ello, susceptible de una aplicación mecánica o casi.