El monstruo de Lovecraft se cuela en la librería
Participar en el club de lectura del escritor disfrazado de acólito de Cthulhu con tentáculos provoca imprevistos acontecimientos

La horrorosa, detestable, infame, abominable y repulsiva criatura avanzó por la librería dando tumbos, chocando con las estanterías y ocasionalmente con algún cliente despistado. Vestía una larga túnica negra de acólito con capucha, bajo la cual se percibían unos ojillos reptilescos y una masa de tentáculos que brotaba de la cara. El blasfemo ser se dirigió hacia la sala de actos al fondo del establecimiento y se dio contra la puerta de cristal produciendo un ruido sordo y pulposo seguido de un gruñido inhumano. El engendro no veía casi nada, apenas podía respirar y se preguntaba qué le había llevado a meterse en esa situación. Sé muy bien cómo se sentía y lo que pensaba, porque el monstruo era yo.