El negocio de cazar migrantes empieza en Delaney Hall, el primer centro de detención de la era Trump
Tom Homan, el zar de la frontera, asegura que se necesitan al menos 100.000 camas para cumplir el sueño de deportaciones masivas del presidente. Nueva Jersey acogerá, entre protestas, la apertura de la primera estructura


En la avenida Doremus el mundo luce de metal, tan industrial y herrumbroso que da miedo. Sobre la carretera se extiende el cielo gris de Newark, en el condado de Essex, Nueva Jersey, surcado a cada rato por aviones que en minutos llegan al Aeropuerto Internacional Newark Liberty, el único lugar del Estado que llegan a conocer los turistas, que cogen sus maletas y aterrizan por su cuenta en Manhattan. Todo esto tiene sentido en el cálculo geográfico de los políticos y los inversores: si en unos meses se inaugura en la avenida Doremus el primer centro de detención para migrantes de la era Trump, el aeropuerto para trasladar a los futuros deportados les quedará a menos de tres kilómetros, 15 minutos en bus, un paseo, un salto.