El peligro se llama Yung Beef
El trapero desarboló el Sant Jordi Club con una tormenta de graves y rimas de ego, lujo, sexo, amor y drogas
Uno es el amigo, el consejero, el hermano mayor, persona con más influencia en los jóvenes que sus propios progenitores. Otro es el colega, el compañero de marcha, el inconformista que no soporta las normas, que ha pasado por procesos de autodestrucción poniendo en peligro su propia estabilidad emocional, también su salud. En escena uno viste el chándal de fiesta, sobrio y elegante, el otro es una estrella de vestuario deslumbrante. El primero es Morad, que llenó el Sant Jordi hace apenas una semana. El segundo es uno de los pioneros en España de las músicas urbanas, adepto al trap, adherido a su ego y de personalidad explosiva, la pura irreverencia y el desdén hacia las normas. A veces hacia sí mismo. Yung Beef. En la noche del viernes llenó el Sant Jordi Club, en torno a 5.000 personas a las que enloqueció azotando sus cuerpos con ritmos abrasivos y una impenitente cascada de rimas aceradas. Morad ha vivido el peligro de las calles, Yung Beef es el peligro.