El pequeño Maroan, el gran Maroan y los racistas
El deporte es uno de los pocos ámbitos en los que personas de procedencia migrante ocupan espacios de relevancia, lo que les lleva a convertirse en referentes sociales, pero al mismo tiempo en diana de los discursos de odio

Crecí en un pequeño barrio industrial del País Vasco. Cuando llegaban la Semana Santa o el verano, mis amigos de la escuela, que se llamaban Julio, Roberto, Esteban, Miguel, marchaban de vacaciones a “sus pueblos”. Recuerdo que un día le pregunté a mi madre cuál era nuestro pueblo y ella señaló el suelo y dijo “este, cuál va a ser” y que a mí me dio mucha envidia que mis amigos tuvieran dos pueblos y nosotros solo uno. Los de ellos tenían nombres sonoros, que aún asocio a rostros de mi infancia: Ourense, Almendralejo, Cubo de Bureba (yo creía que la canción Smooth Operator de Sade nombraba de esta localidad en su estribillo y a veces todavía la tarareo así).