‘El príncipe de la imprenta’, de Enric Satué: una novela sobre el mejor aprendiz de Gutenberg
El gran diseñador gráfico barcelonés fabula en su primera obra de ficción con el impresor Nicolas Jenson, creador de la mejor de las primeras tipografías romanas, como protagonista

La vida profesional de los primeros maestros impresores en el siglo XV tenía una duración máxima de 20 años, que era lo que tardaban en enfermar por la exposición continua a los vapores tóxicos de los metales con los que fundían los tipos de letra. Con el tiempo, esa vida útil se fue alargando, pero solo porque los maestros acabaron por dejar la manipulación del plomo en manos de operarios de bajo rango (demostrando que el avance de la cultura y la crueldad de clase no son incompatibles).