El sabotaje del Nord Stream causó la mayor fuga de metano registrada hasta ahora: el equivalente a ocho millones de coches en un año
Un equipo de 70 científicos cifra en 465.000 toneladas la cantidad de CH₄ expulsadas a la atmósfera con la rotura del gasoducto, el doble de lo que se creía
En septiembre de 2022, la red de gasoductos Nord Stream, que transportaba gas natural desde Rusia hasta Europa Occidental por el Báltico, fue destruida con explosivos. Este sabotaje, que continúa sin esclarecerse, aunque varias informaciones periodísticas apuntaron este verano a una operación ejecutada por Ucrania tras la invasión por parte de Rusia, no solo tuvo consecuencias para la seguridad energética europea. También supuso una enorme fuga de metano (CH₄), un poderoso gas de efecto invernadero que está en el punto de mira de la lucha contra el cambio climático. Varios grupos de científicos se pusieron a trabajar al poco de producirse las explosiones para tratar de determinar el alcance de la filtración y ofrecieron estimaciones en las semanas y meses posteriores. Pero los cálculos iniciales se quedaron cortos a tenor de tres artículos que se publican este miércoles en la revistas Nature y Nature Communications. Se emitieron a la atmósfera alrededor de 465.000 toneladas métricas, a las que se añaden alrededor de medio centenar más que se disolvieron en el mar de una u otra forma.