El secreto mejor guardado de Canadá
El Programa para Trabajadores y Trabajadoras Extranjeros Temporales del país norteamericano favorece la explotación laboral, abusos y discriminación hacia personas migrantes, según denuncia Amnistía Internacional

Cuando Bénédicte Carole Zé, de Camerún, llegó a Canadá con un contrato para trabajar en una granja de pollos en 2015, pensó que sería una oportunidad para construir una nueva vida para ella y sus hijos. Pero el sueño rápidamente se convirtió en una pesadilla. Desde su llegada, su empleador la obligó a trabajar entre 70 y 80 horas semanales haciendo todo tipo de trabajos, a cambio de una paga mínima. El control que ejercía sobre ella era constante. No podía tener teléfono móvil. Su reclutador controlaba sus tarjetas bancarias. Rápidamente, la explotación se transformó en abusos psicológicos y sexuales.