El trabajo emocional o cómo nos afecta tener que poner buena cara en el trabajo

El esfuerzo por dejar las propias emociones y sentimientos en un segundo plano para mostrar la mejor actitud durante la jornada laboral genera un desgaste físico y mental con consecuencias graves si no se abordan adecuadamente

Feb 13, 2025 - 05:00
El trabajo emocional o cómo nos afecta tener que poner buena cara en el trabajo

Miles de trabajadores tienen que añadir cada día a su lista de tareas una particularmente onerosa: poner buena cara, modular el tono y ser simpáticos, compasivos o tener una paciencia infinita. Este esfuerzo extra se ha bautizado como trabajo emocional y en algunos sectores, como la atención al cliente, la educación o la sanidad, representa una carga que puede ser difícil de soportar. El término, acuñado en 1979 por la profesora Arlie Russell Hochschild en un libro nunca editado en España, The Managed Heart. Commercialization of Human Feeling, podría definirse de forma algo más académica como la supresión o modificación de las propias emociones del momento para representar una emoción que resulte adecuada a nuestra actividad laboral, a menudo para producir un determinado sentimiento de bienestar en nuestros clientes, alumnos, jefes o compañeros.

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