El triunfador también posee reverso. Cómo le respeto, sr. Fernández
Alucino cuando veo y escucho en ese programa tan seductor titulado ‘Lo de Évole’ el testimonio de un tipo con apariencia dura, aunque sospecho que con muchas grietas internas, y actor extraordinario, Eduard Fernández

El alcoholismo, como hábito fijo o temporal, cada uno lo lleva como puede. Jamás he encontrado mejor definición de esa volcánica adicción como en un cuento del tan legendario como desgraciado Scott Fitzgerald. Un personaje le pregunta a otro: ¿Por qué bebes? Y este le responde: Porque cuando lo hago ocurren cosas. El cónsul Firmin, viviendo su definitivo ocaso en el pueblo de Cuernavaca triturado por sus recuerdos, expresaba las sensaciones de su borrachera y de sus recuerdos en la estremecedora novela Bajo el volcán. Y en el cine, Jack Lemmon y Lee Remick nos avisaron de qué largos eran los Días de vino y rosas. Y el superdivertido y genial Billy Wilder se puso muy serio para intentar comprender las subidas y bajadas del inmenso escritor Raymond Chandler, de lo que podía ocurrir en la personalidad cotidiana de un borracho en la terrible Días sin huella.