‘Emilia Pérez’, el Duolingo y la condescendencia
A la genial película de Audiard se la infravalora, se la considera una anécdota que bastante lejos ha llegado ya o incluso se la desprecia. Habría que preguntarse el motivo real de tanta inquina y tal vez no nos guste la respuesta
“Bienvenidos a la 82ª edición de los Globos de Oro. Vaya año hemos tenido. Cientos de artistas aprovecharon la oportunidad de ir al Vaticano para conocer al Papa. Muchos eran de Hollywood. Obviamente, no se conformaban con ser parte de tan solo la segunda red de pedofilia más grande del mundo”. Ricky Gervais empezó así su discurso alternativo de apertura de la gala de los Globos de Oro porque no tiene a unos Christian Lawyers mordiéndole los talones. Lo dio desde su bañera, territorio menos hostil que el que esperaba a Nikki Glaser. La cómica fue más comedida de lo habitual; miren si no sus roast a Tom Brady y Rob Lowe. O su especial en Max. En Netflix pueden ver el de la superlativa Ali Wong, la ganadora de la noche. Y hay quien sigue con eso de que las mujeres no son divertidas.