Entre bastidores de la redacción de EL PAÍS
Periodistas y columnistas de EL PAÍS relatan la trastienda de algunas crónicas, reportajes y entrevistas que han marcado los últimos años del diario para celebrar, en un acto con los lectores, el hito de haber alcanzado la cifra de los 400.000 suscriptores. Valeria Castro y Dani Fernández han actuado en el evento, que ha contado con la presencia de Supersubmarina
Hay historias de periodistas que si uno tiene suerte, escucha en la cafetería, en el bar, en un cigarro o en una cena de Navidad. Porque los textos no suelen arrancar con el agobio que produce no tener nada para entregar a tu jefe y que se te ocurra a última hora una idea brillante, aunque eso suponga echar a los leones la intimidad de tu amigo. Tampoco con la cara que se le queda a una después de que una entrevistada te suelte no solo un gran titular, sino una confesión que se queda rebotando de camino a casa. No siempre cabe en un reportaje la aceptación radical de un adolescente de que prefiere morirse a quedarse en su país. O de cómo un hombre que había sido abusado por un cura cuando era niño elige a EL PAÍS para contarle su historia porque el día en que el sacerdote dejó de tocarlo, su padre llevaba un ejemplar del periódico debajo del brazo.