Eros y Tánatos en Viena y Berlín
Los aspirantes a formar gobierno en Austria y Alemania carecen de experiencia, se enfrentan a ciudadanías desencantadas y con la ultraderecha al acecho

René Schimanek era, hasta el 1 de marzo, el jefe de gabinete del presidente del Parlamento de Austria, Walter Rosenkranz, del partido de ultraderecha FPÖ. En su domicilio se han encontrado numerosas armas y objetos nazis. Eran conocidas sus relaciones con un grupo neonazi germano-austríaco que pretende resucitar las milicias SA (Sturmabteilung) de Adolf Hitler. Rosenkranz, que defiende a su colaborador, es la segunda autoridad de Austria tras el presidente federal porque su partido logró el 29,2% en las elecciones del 29 de septiembre. Cosas solo posibles en un país que negó durante decenios su pasado nazi y con una base sociológica conservadora.