Escapadas cortas y planificadas
El sector cierra un año histórico con más de 94 millones de visitantes foráneos en 2024, que tratan de sortear la masificación y buscan vivencias auténticas
El fortalecimiento de España como gigante turístico está lejos de tocar techo. La recuperación explosiva del sector tras superar las secuelas de la pandemia ha sido una realidad palpable desde hace varias temporadas. El país ha logrado pulverizar todos los récords en 2024 con 94 millones de visitantes extranjeros y un gasto de 126.000 millones de euros (un 10% y un 16% más, respectivamente, en comparación con 2023), según datos del Ministerio de Turismo. Mientras las administraciones buscan soluciones a la masificación, los visitantes nacionales e internacionales apuestan por el viaje como una experiencia vital ineludible, buscan alternativas auténticas y descubren las temporadas menos populares.
Tendencias para el futuro
- Individuales. Las escapadas en solitario cobran relevancia, según los expertos consultados. “Este fenómeno va ligado a la transformación de la sociedad, con más personas que viven solteras y no quieren renunciar a viajar”, señala José Serrano, vicedecano de la facultad de Ciencias Sociales y experto en Turismo de la Universidad Europea. No tener un grupo con quien compartir una escapada deja de ser un impedimento, y es que según la agencia WeRoad más del 85% de sus usuarios viajan sin conocer a nadie en el grupo.
- Sostenibles. El respeto por el medio ambiente, los recursos disponibles y el desarrollo local es un criterio que seguirá transformando el sector hacia prácticas más responsables. El 40% de los viajeros se preocupa por el impacto ecológico de sus vacaciones y un 74% considera importante minimizar su huella medioambiental, recoge el estudio Energy Insight de Moeve en 2024.
- Innovación. La integración de la inteligencia artificial y las innovaciones tecnológicas está transformando el segmento turístico con experiencias más personalizadas para los viajeros. “La influencia va a ser revolucionaria desde un punto de vista de la atención al cliente, la planificación, la medición de los flujos de turistas y la promoción con realidad virtual para que el turista se imagine en un destino antes de llegar”, predice Fabián González, director del área de lujo de BrainTrust.
- Longevidad. Los viajes de bienestar siguen marcando el turismo de lujo y las experiencias están cada vez más dirigidas a aumentar la longevidad, añade. Condé Nast Traveler prevé que para 2030 los viajeros busquen actividades que contribuyan a una vida más larga y saludable, como retiros de bienestar, terapias innovadoras y programas de salud integral. “Hay muchas empresas que están abanderando esta transformación junto a innovaciones tecnológicas para ofrecer mejoras en nuestra calidad de sueño o alimentación, entre otras cuestiones”, apunta el consultor de lujo.
El lujo busca experiencias inmersivas
El segmento premium del turismo también busca reposicionar su oferta al calor del crecimiento del sector. Los viajes de lujo han mantenido la estabilidad durante los últimos años en España, aunque con un visible encarecimiento, de acuerdo con el portal eBooking.com; el precio medio por noche de los alojamientos de alta gama ascendió en 2024 a los 500 euros, un incremento anual del 23,5%. Aunque este tipo de turismo solo representa el 4,85% de las reservas, según esta plataforma, España se ha posicionado como un referente mundial.
El informe El turista de élite de Global Blue calcula que el 18% de los visitantes que consumen lujo en España proceden de China, el 17% de Latinoamérica y el 15% de Estados Unidos. Fabián González, de la consultora BrainTrust, detecta perfiles muy claros. “Los turistas asiáticos llegan motivados por la diferencia cultural y gastronómica y aprecian la adaptación a sus hábitos; los latinoamericanos valoran la seguridad, las marcas europeas y la restauración de alta gama; y los estadounidenses viajan en familia, atraídos por marcas de lujo norteamericanas como Four Seasons y Hilton”, detalla González.
El turismo de lujo sigue apostando por el viaje de descanso, el bienestar y encuentra nuevos nichos en las experiencias inmersivas, a menudo en torno a la gastronomía. Esto impulsa actividades ya conocidas como el enoturismo o nuevas vertientes como el trufiturismo. “Recoges trufas en el terreno, las limpias y las cocinas mientras tomas cava o champán”, describe González. Para el consultor, la tendencia es clara: “Ya no solo se busca el kilómetro cero, sino vivir la experiencia completa”.