España psicodélica
Cuando la historia democrática exige Unión Europea, brotan los nacionalismos haciendo muy difícil la unidad

Recuerdo que Rafael Alberti y Pepín Bello, cuando charlaban con una copa sobre la mesa, se ponían de pronto a cantar: “España, país psicodélico, qué gran nación cultural”. Era una canción que habían inventado con García Lorca y Buñuel en la Residencia de Estudiantes. Y es que los españoles hemos estado siempre a vueltas con España. Ortega y Gasset hizo su diagnóstico frente a la sociedad anclada de la Restauración: España es el problema y Europa la solución. Los artistas que compartían la modernización que dio lugar a la Segunda República cantaron la energía cultural respirada en su país psicodélico. Después llegó el desastre de 1936 y los españoles volvimos a ser refundados como la reserva espiritual de Occidente. Y después llegó el abrazo democrático entre Europa y España. De la fascinación por las suecas, pasamos a la libertad nacional.