“Esta es la Navidad que nos gusta”: Quinamayó, el pueblo afrocolombiano que celebra la llegada del Niño Dios en febrero
Los habitantes conmemoran a sus ancestros esclavizados, que no podían celebrar en diciembre. Las festividades, heredadas por generaciones, dan el protagonismo a los niños para que mantengan la tradición


Una procesión atraviesa Quinamayó, un poblado en el suroccidente colombiano. Es mediodía y el calor es abrasador, pese a la presencia de algunas nubes. Seis mujeres afrocolombianas encabezan la marcha con la figura de un Niño Dios negro. Bailan mientras caminan, moviendo las faldas de sus vestidos al ritmo de una banda de música que las acompaña con bombos, trompetas, tubas, clarinetes. Se detienen al llegar a una casa con un amplio jardín, estatuas hindúes y una figura de San Miguel Arcángel. Depositan a Jesús en un refugio construido con hojas verdes y heliconias naranjas, sobre una manta con imágenes de Papá Noel. El Niño Dios negro se queda solo, a la espera de su propio nacimiento. La Navidad en este pueblo de afrodescendientes, en el departamento del Valle del Cauca, es el tercer sábado de febrero.