Extraescolares gratuitas y sin salir del colegio

El sistema público requiere incrementar sus recursos para ofrecer actividades vespertinas que complementen lo aprendido en clase

Mar 9, 2025 - 00:00
Extraescolares gratuitas y sin salir del colegio

De entrada, a los expertos consultados para este reportaje les parecen bien las extraescolares. “En su justa medida, equilibradamente, complementan el trabajo escolar profundizando en los intereses del estudiante o reforzando sus debilidades”, asume Ana Cobos, presidenta de la Confederación de Organizaciones de Psicopedagogía y Orientación de España (COPOE). Los problemas vienen a partir del pero con el que los mismos expertos transforman sus oraciones en coordinadas adversativas cargadas de críticas. Por resumir, señalan que estas actividades son excesivas y estresantes; no tienen en cuenta los intereses de los niños y niñas; se han convertido en una mera herramienta de conciliación para las familias, y en un foco de desigualdad entre quienes pueden y no pueden pagárselas. “Tal y como están planteadas, no responden a una necesidad de crecimiento de los niños; no los estamos mirando a ellos, sino a nosotros”, sentencia la especialista en educación a través del juego Imma Marín.

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A los cuatro tipos principales de extraescolares —las que organiza el centro dentro de su programación anual y en horario lectivo (excursiones, salidas educativas, viajes de fin de curso), que en un mundo ideal deberían ser gratuitas; la programación en horario de comedor, que ha de corresponder a la empresa encargada de este servicio, y debería ser igualmente gratuita; las clases, talleres o propuestas que organizan las AMPA fuera del tiempo de clases en los centros públicos, y actividades que se buscan las familias por su cuenta—, Toni Solano, director del IES Bovalar,  suma una quinta categoría: “Las extraescolares que no se ven, y que se suelen llamar deberes”, concreta tirando de ironía. Otro foco de desigualdad entre quienes tienen los medios y apoyos en casa para hacerlos y quienes no. María del Carmen Morillas, de la FAPA Giner de los Ríos, recuerda el revuelo nacional (e internacional) que se formó con la campaña de sensibilización y movilización en contra de los deberes escolares que protagonizó la Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres del Alumnado (CEAPA) en 2016, bajo el lema En la escuela falta una asignatura: mi tiempo libre. “Se hicieron eco en países orientales, y nos entrevistaron”, rememora. ”Debajo de ese mensaje, lo que subyacía era un cuestionamiento al modelo educativo”, apuntilla Morillas.