Franco está vivo
No somos muy de izquierdas a pesar de, sino precisamente porque hemos sufrido más que nadie un autoritarismo de derechas
La derecha se equivoca cuando dice que el Gobierno intenta resucitar a Franco. Se queda corta. Porque Franco vive. En el inconsciente político de la nación es una fuerza más poderosa de lo que imaginamos. Pero actúa de forma contraria a lo que cree la izquierda, que ve el legado del dictador como una losa. La “herencia de Franco” sería, amén de un aparato estatal y judicial celosamente conservador, un sustrato de desconfianza ciudadana hacia la democracia y las políticas progresistas. Sin embargo, sucede lo contrario: el franquismo nos ha vuelto más de izquierdas. Muy izquierdas. Hasta el punto de que probablemente no hay país occidental con una ciudadanía más posicionada a la izquierda en el eje ideológico. Y tampoco con más años bajo una dictadura de derechas.