Frente a los aranceles y el expansionismo de Trump, China quiere encandilar al mundo con diálogo y diplomacia
Dos simposios de alto nivel sirven al gigante asiático para presentarse como un socio en el que se puede confiar en contraste con una Casa Blanca agresiva e impredecible. “Si el mundo vuelve a la ley de la selva, será un paso atrás en la historia”, asegura el primer ministro

Diplomacia, diplomacia, diplomacia y menos amenazas. Ese es el mensaje que se cuela en todas las conversaciones del Foro de Boao, apodado el Davos de Asia, que se celebra estos días en la isla tropical de Hainan (sur de China). La deriva de la política exterior y comercial de Estados Unidos con Donald Trump, con un marcado tono agresivo e impredecible, ha brindado a su principal rival geopolítico la oportunidad de proyectarse como un socio más estable y comprometido con la globalización y el multilateralismo. Es una idea que Pekín lleva años repitiendo, pero que, en medio de un contexto de incertidumbre y turbulencias globales, se ha convertido en su mejor carta de seducción. “Debemos salvaguardar el sistema de libre comercio y oponernos con determinación al proteccionismo comercial y de inversiones”, expresó este jueves en su discurso inaugural el vice primer ministro chino Ding Xuexiang, horas después de que Trump anunciara nuevos aranceles, esta vez del 25% a todos los coches y vehículos ligeros importados, que entrarán en vigor el 3 de abril.