Hijos de sus padres

En el tuétano del idioma español, las madres son malas y los padres buenos por defecto. La realidad es que los hijos salen cada uno a su manera y no nos pertenecen ni a unos ni a otras.

Mar 13, 2025 - 01:00
Hijos de sus padres

Es curioso, y demoledor, el modo en el que los dichos nos retratan como sociedad y como individuos. Decimos de alguien que es un “hijo de su madre” como ofensa, ofendiendo de paso a su progenitora sin conocerla. Sin embargo, llamar a alguien “hijo de su padre” es un término generalmente elogioso con el que aludimos al parecido entre tronco y rama precisamente porque los conocemos. O sea, que, en el tuétano del idioma español, las madres son malas y los padres buenos por defecto. La realidad, por supuesto, es que los padres pueden ser tan excelentes, pésimos o regulares como las madres, y viceversa. Y que los hijos salen cada uno a su manera y no nos pertenecen ni a unos ni a otras. Perdíase una en esas disquisiciones semióticas para no volverse loca al conocer las desgraciadísimas historias de dos padres y dos hijos que, lejos de ser parábolas ni pesadillas, son estos días portada de los periódicos.

Seguir leyendo