Intrahistoria del Mundial 2030: una candidatura llena de vaivenes como reflejo de los escándalos de la RFEF
El proyecto se inició con Portugal y España, Marruecos fue reemplazada por Ucrania antes de incorporarse definitivamente y el escándalo de Jenni Hermoso propició que el partido inaugural se dispute en Uruguay

La polémica por una supuesta alteración de las puntuaciones para favorecer la designación de San Sebastián en detrimento de Vigo como sede del Mundial 2030 es el último episodio de la escabrosa carrera de España por albergar la Copa del Mundo 2030. Una maratón iniciada por Luis Rubiales en 2018 y concluida a tirones por la presidencia de Pedro Rocha con Rafael Louzán como vicepresidente. Con dos presidentes inhabilitados (Rubiales y Rocha), el proyecto de organizar el Mundial 2030 junto a Portugal y Marruecos no ha sido ajeno al desgobierno provocado por los vacíos de poder que han generado los escándalos por el beso no consentido a Jenni Hermoso o las corruptelas en las que ha estado inmersa la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) en los últimos siete años.