La casa de los europeos
Más allá de las obviedades y de las grandes abstracciones, hoy lo que toca es seguir defendiendo a Ucrania

En uno de los apuntes del diario que Ludwig Wittgenstein escribió en 1930 se lee: “Es verdad que se ha de poder vivir también en los escombros de las casas en las que se acostumbraba a vivir. Pero es difícil. Se había tomado el gusto al calor & comodidad de las habitaciones, aunque no se supiera. Pero ahora, cuando uno deambula por las ruinas, se sabe”. ¿A qué se refería el autor del Tractatus en aquel momento, qué tenía en la cabeza? Un poco más adelante dice: “No puedo, es decir, no quiero renunciar al disfrute. No quiero renunciar a disfrutar y no quiero ser un héroe”. Las anotaciones que hacía Wittgenstein en su diario son caprichosas, no siguen ningún hilo, saltan de una cosa a otra, de un detalle personal a una reflexión sobre los colores, sobre la música, sobre sus proposiciones filosóficas.