La Casa Orsola, la guinda a una década de jungla inmobiliaria en Barcelona
La compra de edificios enteros por parte de fondos de inversión que expulsan a los vecinos se ha acelerado en los últimos diez años en la capital catalana. También la respuesta de la administración


Barcelona lleva una década de desbocado frenesí de compraventas de edificios enteros que derivan en expulsión de vecinos. Primero (y desde mucho antes) fue en el distrito de Ciutat Vella, el más presionado por el turismo, con vecinos mayores e indefensos ante inversores que convertían edificios de calles estrechas de piedras centenarias en hoteles o pisos turísticos. Luego el capital (tanto local como extranjero) saltó al Eixample, la cuadrícula noble de fincas regias y clases medias y medias-altas. El conflicto de la Casa Orsola, comprado por el Ayuntamiento y la fundación Habitat 3 para blindar a sus inquilinos, es el punto álgido de una década de jungla inmobiliaria en la ciudad que también ha disparado la respuesta vecinal, del Sindicato de Inquilinas, y las compras por parte del Gobierno municipal. Está por ver qué impacto tendrá en los fondos de inversión, que, entre las regulaciones del mercado y la contestación, están perdiendo interés. Mientras, a falta de recuento oficial de edificios comprados y vecinos expulsados, sí hay otras Casas Orsola que levantan la mano y testimonios a manos llenas.