La cosmética es una caja de herramientas
“El armario cosmético es heterodoxo, desordenado y versátil o no es”

Arrurrú. ¿Conocen este nombre? Yo, hasta hace un mes, tampoco. Lo escuché por primera vez de boca de Ana Milán, que además de ser una actriz y comunicadora estupenda lo sabe todo sobre cosmética, tratamientos y trucos de belleza; por cierto, qué expresión más deliciosamente démodée. Ella me habló de que esa colonia infantil colombiana rondaba por TikTok, un planeta que no frecuento, pero en el que sé que viven millones de habitantes y muchos de ellos son mis amigos. Como la detective cosmética que soy y como me niego a que se me escape ningún ramalazo de zeitgeist, pregunto por Arrurrú a Marisol, mi entrenadora y amiga y, a la sazón, colombiana. Se ríe. Todos los bebés de su país huelen a Arrurrú. Semanas después, su padre trae en la maleta a España desde Medellín dos botes de Arrurrú para mí; el de color rosa es para chica y el azul para chico. Así es y así lo cuento. Ahora están en mi cuarto de baño. No soy yo persona de colonias infantiles, porque pienso que hay que honrar el esfuerzo que cuesta hacerse adulta, pero las usaré.