La dejaron sola
Los lectores escriben sobre el asesinato de una educadora social en Badajoz, el rearme, la falta de tiempo libre y los muertos en las residencias madrileñas durante la pandemia

Una cuidadora muere asesinada por tres menores. ¿Era educadora o era trabajadora? Los periódicos ni siquiera se aclaran sobre cuál es la labor de una profesional del ámbito social que muere en tan terribles circunstancias. Tenía 35 años. Yo tengo 32. Soy trabajadora social. Y cuando leo esta noticia no puedo evitar recordar el día en que casi me abren la cabeza con una silla; también estaba sola junto a seis menores más. No puedo olvidar su mirada. Ese mismo chico que levantaba la silla con rabia estaba muerto de miedo y falto de lo más importante que necesita cualquier ser humano: cariño y comprensión. Belén estaba sola, yo estaba sola. Y otros compañeros seguirán solos, mientras medios, responsables políticos y generadores de odio hacen juicios precipitados buscando un porqué: “Más mano dura es lo que necesitan”, “que no vuelvan a ver la luz del día”. No conozco la historia de Belén ni la de esos chicos, no sé qué la llevó a esa casa, ni por qué realizaba ese trabajo. Lo que sí sé es que la dejaron sola.