La democracia de Rumania se defiende
La exclusión del candidato ultra y prorruso de las elecciones es una medida grave justificada por una amenaza real

Lo que debiera haber sido un normal proceso electoral en Rumania, una democracia de la UE, ha derivado en una convulsión política que dura todavía y que pone de manifiesto la vulnerabilidad frente a la injerencia rusa y cómo se aprovechan de ello los movimientos populistas de extrema derecha. El Tribunal Constitucional de ese país decidió la semana pasada excluir al candidato prorruso Calin Georgescu de las próximas elecciones de mayo. Previamente, en noviembre había anulado la primera vuelta de las presidenciales en las que Georgescu resultó ganador contra todo pronóstico con una campaña realizada sobre todo en las redes sociales. La junta electoral rumana y la UE detectaron pruebas de injerencia extranjera. Son decisiones sin duda controvertidas, pero que abren un precedente importante en la Unión en el contexto de desinformación e intervención rusa en los procesos electorales que buscan debilitar las democracias occidentales.