La extraña amistad de Jacques Brel con el único condenado francés por crímenes contra la humanidad
Las redes de ultraderecha, que permitieron esconderse durante décadas al nazi Paul Touvier, siempre estuvieron en Europa, pero se ocultaron después de la Segunda Guerra Mundial

Paul Touvier, el único francés condenado por crímenes contra la humanidad, fue un asesino y además un miserable. Pero lo que le convirtió en un personaje especialmente siniestro no fueron sus crímenes —fue uno de los muchos franceses que colaboraron con los nazis en el Holocausto—, sino su fuga: durante más de cuatro décadas años logró esconderse a plena vista, protegido por redes de ultraderecha que operaban en Francia y dentro de la Iglesia católica.